martes, 11 de octubre de 2016

La bondad y el ser son intercambiables, es decir, que todo lo que existe tiene al menos parte de bondad
intrínseca, ya que ha sido creado por Dios. No importa lo sucio, destrozado o pecador que sea ese ser
humano. Mientras siga existiendo, el bien existirá en su interior.
Nadie, ni siquiera Lucifer atrapado en el infierno, es completamente malo. El mal sólo puede existir del
bien de una criatura, como un parásito. Si todo el bien de una criatura fuera eliminado, esa criatura no
podría seguir existiendo.
Es un concepto que a muchos de nosotros nos cuesta aceptar, la idea de que incluso un ángel caído,
condenado a pasar el resto de sus días en el infierno, tenga parte de bondad. Una bondad que ruega ser
reconocida a pesar de la triste y desesperada adicción del ángel caído por el pecado.
                                                       El Infierno De Gabriel. Sylvain Reynard

No hay comentarios:

Publicar un comentario